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Logopedia adultos

La logopedia en adultos trata los trastornos en el lenguaje, la voz o alteraciones neuromusculares, en NeuroSumma te ofreceremos la mejor terapia adaptada a tus necesidades.


Nuestro equipo de profesionales está especializado en los trastornos que requieren de servicios especializados de logopedia tales como disfonías, afasia, disartria y disfagia.

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Trastornos asociados a logopedia en adultos

La disfonía es un síntoma que se manifiesta como una alteración de la voz que perturba la comunicación. Puede afectar al timbre habitual de la voz, esfuerzo al emitir un sonido, dificultades para mantener la voz, cansancio al hablar o falta de volumen (Mau T, 2010).

Puede estar relacionada con cualquiera de los sistemas que intervienen en la producción de la voz: laringe, aparato respiratorio, faringe, fosas nasales y cavidad oral. En general hace referencia a los trastornos que afectan a la laringe y en concreto a las cuerdas vocales (CV).

Es más frecuente en mayores de 60 años, en los que hasta el 50% pueden presentar una presbifonía, y en los niños que en el 23% puede deberse a la presencia de nódulos. Los nódulos también predominan en mujeres en la segunda década de la vida y tienen mayor prevalencia en los profesionales de la voz. Entre el 20% y el 80% de los docentes presentan a lo largo de su vida trastornos de la voz (Chang JJ, 2012; Kendall K, 2007; Trani M, 2007).
 
Los factores de riesgo para padecer disfonía en los profesionales de la voz son: ruido de fondo, mala acústica del ambiente, distancia amplia al hablar, calidad deficiente del aire (sequedad, polvillo), malos hábitos posturales en el trabajo y carga vocal (tiempo e intensidad) por hablar y cantar (Schneider SL, 2007).

La mayoría de las disfonías en adultos son causadas por hiperfunción vocal. También, puede originarse la disfonía en un trastorno neurológico de la laringe. Por ejemplo, como puede ser en la disfonía espástica. Este tipo, se caracteriza por espasmos de la voz que impiden el flujo vocal regular.

Dentro de las causas de la disfonía, la más frecuente es la laringitis. La laringitis, suele estar provocada por un resfriado común vírico o bien por un esfuerzo o mal uso de la voz. Además, también por el contacto con sustancias irritantes, el consumo de tabaco y alcohol o el reflujo gástrico.

Existen otras causas como las lesiones benignas de las cuerdas vocales. Es decir, lesiones que no son malas en un principio como nódulos vocales, el edema de Reinke o pólipos. Además, también son causas las disfunciones neurológicas o enfermedades sistemáticas.

El tratamiento más recomendable es el combinado entre el otorrinolaringólogo y el logopeda. Además, la rehabilitación por parte de un logopeda va encaminada a relajar toda la musculatura implicada. También a relajar y mejorar la coordinación ejecutiva y fonorespiratoria. Por ello, el objetivo es lograr movimientos más precisos con un menor esfuerzo y estrés. Para ello, se favorecerá una mayor inteligibilidad del habla y el patrón articulatorio. Además, el paciente podrá conseguir mayor calidad de vida.

Por afasia se entiende una incapacidad parcial o total para usar el lenguaje. Los problemas varían desde dificultades para encontrar las palabras hasta una completa incapacidad para hablar. Algunas personas tienen problemas en comprender lo que dicen los demás, otras presentan problemas al leer, escribir o al tener que operar con números. En otros casos, las personas pueden tener problemas al querer expresar lo que quieren comunicar, aunque conservan intacta la comprensión. En la afasia se debe determinar en cada paciente las alteraciones específicas del habla y del lenguaje.

Las causas más comunes de la afasia son las siguientes: un daño cerebral, bien por traumatismo cráneo-encefálico, bien debido a una apoplejía o ictus o una incidencia insidiosa progresiva.

Aparte de los traumatismos debidos a accidentes, una apoplejía o ictus es la causa más frecuente de la afasia. Se trata de un daño cerebral, que a su vez puede deberse a una interrupción del riego cerebral a consecuencia de una isquemia o de la ruptura de un vaso sanguíneo y el derrame correspondiente en los espacios intersticiales de las neuronas. Las neuronas mueren cuando dejan de recibir oxígeno y nutrientes a través del flujo sanguíneo o cuando existe un derrame, que impide la intercomunicación entre las mismas.

La o las lesiones que provocan afasia aunque localizadas en el cerebro afectan de hecho al conjunto de la persona. Una secuela frecuente suele ser una parálisis completa de un lado del cuerpo, llamada hemiplejía o una incapacidad relacionada menos grave, la hemiparesia, que consiste en espasmos y debilidad de un lado del cuerpo. Las lesiones pueden causar problemas en las funciones siguientes: habla, pensamiento, atención, memoria, aprendizaje, control emocional y capacidad de toma de decisiones. Asimismo los pacientes pueden tener sensaciones extrañas en los miembros, así como dolor que puede empeorar con el movimiento y el cambio de temperatura, en especial con temperaturas bajas.

 Existen cuatro tipos principales de afasias:

- Afasia expresiva: el paciente sabe lo que quiere decir pero tiene dificultad para decirlo o escribirlo.

- Afasia receptiva: se escucha la voz o puede leer un impreso, pero no le encuentra sentido a lo que lee o escucha.

- Afasia anómica: tiene dificultad para usar las palabras correctas para describir objetos, lugares o eventos.

- Afasia global: el paciente no puede hablar ni entender lo que se le dice, lee o escribe.

La clasificación específica de las afasias puede variar, pero en general se clasifican de la siguiente manera: 

Afasia de Broca: Se distingue por generar frases entrecortadas e incompletas, y entonaciones de lo más variado. 

 Afasia de Wernicke: Permite frases fluidas y de estructura casi normal, pero que muchas veces carecen de sentido

 Afasia global o total: Afecta a todos los aspectos del lenguaje, incluyendo la comprensión del mismo.

 Afasia amnésica: Provoca que el paciente olvide palabras y utilice expresiones que no significan nada, porque no se acuerda de las reales que quiere utilizar. 

Afasia de conducción : Incapacidad para repetir.

Afasia motora transcortical: Afasia motora eferente que consistiría en una dificultad para encadenar distintas articulaciones.

Afasia sensorial transcortical: Trastornos en la comprensión del lenguaje oral, déficit en el lenguaje espontáneo, y trastornos en la escritura.

La disartria es una alteración del habla provocada por parálisis, debilidad o incoordinación de la musculatura del habla, de origen neurológico. Es decir, estas personas comprenden el lenguaje a la perfección y pueden elaborar mensajes verbales, pero al momento de articularlos, surgen las dificultades. Es común que las disartrias se acompañen de trastornos de la deglución (disfagia), que deberán ser evaluados y rehabilitados lo antes posible a fin de evitar complicaciones en el estado clínico del paciente.

En relación al grado de severidad, las disartrias se clasifican en: leve, moderada y severa.
En los pacientes con disartria leve, el habla es en general inteligible, con algunas particularidades: pueden tener problemas en la articulación de algunos pocos sonidos de su lengua (fonemas). Habitualmente son los fonemas que requieren una coordinación muscular más elaborada, o en palabras de mayor longitud. Las dificultades radican en sustituir un fonema por otro, omitirlo, o articularlo con imprecisión dando como resultado un sonido ajeno al repertorio lingüístico del paciente. En otros casos, una disartria leve puede manifestarse a través de una alteración en la velocidad y/o la intensidad de habla. La velocidad de habla aumentada (taquilalia) por ejemplo, trae como consecuencia la omisión de fonemas o sílabas afectando la inteligibilidad. A estos pacientes sus interlocutores les suelen solicitar que repita lo dicho o ellos mismos reducen sus expresiones verbales por este motivo. En ocasiones, hay compromiso en la movilidad del paladar blando, dando como resultado una resonancia hipernasalizada.
En la disartria moderada se observan estos mismos trastornos pero involucrando más sonidos del habla y agravando las dificultades. Los pacientes tienen una articulación desdibujada y dificultosa, y el habla se torna por momentos ininteligible.

En la disartria severa es muy difícil comprender lo que el paciente está diciendo. La movilidad de los músculos orolinguofaciales está muy comprometida y por eso los procesos fonorrespiratorio, articulatorio y resonancial, están severamente afectados.

¿Qué causa la disartria?

La disartria puede ser el resultado de un accidente cerebrovascular, un traumatismo de cráneo, un tumor, una infección, una enfermedad degenerativa o enfermedades metabólico-tóxicas o inflamatorias.
Según la localización de la lesión la sintomatología puede variar afectando en forma adicalmente distinta el tono de los músculos afectados.

La disfagia es la condición médica que causa dificultad o imposibilidad absoluta al momento de tragar alimentos sólidos y líquidos. Cuando existe la disfagia, el proceso deglutorio se vuelve muy difícil y complicado, pudiendo inclusive obligar a pacientes graves a buscar vías alternativas para mantener una nutrición básica.

Tipos de disfagia

En cuanto a los tipos de disfagia, existen dos según donde encontremos la dificultad para tragar:

  1. La disfagia orofaringea es la que se origina en la zona de la faringe, dificultando el paso de alimentos sólidos y líquidos desde el primer momento del proceso deglutorio. Los casos graves podrían sufrir de constante aspiración con lo que los alimentos pasarían hacia la tráquea, atragantando al paciente.
  2. El segundo tipo es la disfagia esofágica. En este caso, el proceso deglutorio logra llevar los alimentos sólidos y líquidos más allá de la faringe, pero las dificultades aparecen mientras estos bajan por el esófago. En casos graves, puede haber vómito constante que imposibilite completamente la nutrición.

Causas de la disfagia

Las causas detrás de un caso de disfagia pueden ser muy variadas. Es conveniente tener en cuenta de que alrededor de 50 pares de músculos y nervios son necesarios para tragar alimentos. Además, la disfagia podría ser consecuencia de una enfermedad existente más seria.

Causas disfagia orofaringea

En el caso de la disfagia orofaringea, normalmente se manejan las siguientes causas:

  • Enfermedades que afecten directamente la faringe o la cavidad bucal, tales como la faringitis, la amigdalitis y la candidiasis.
  • Divertículo faríngeo, en este caso se forma una bolsa sobre el esófago, recogiendo partículas de alimentos sólidos que a corto plazo empiezan a crear dificultades para tragar, incluyendo además ataques de tos, mal aliento y regurgitación de alimentos.
  • Condiciones neurológicas de múltiples tipos, desde la enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple a derrames cerebrales y lesiones.
  • Cáncer y tumores en la zona de la faringe.
  • La radioterapia para tratar tumores, tratamiento que podría inflamar los tejidos de la zona.

Síntomas de la disfagia

Además de el síntoma más representativo que posee la disfagia, que es la dificultad para tragar alimentos sólidos y líquidos, existen otros tipos de sintomatología que pueden estar muy presentes.

En casos de disfagia orofaringea, existe la probabilidad de sufrir de tos y asfixia durante las comidas. Por otro lado, pacientes con disfagia esofágica experimentan acidez severa y vómitos de lo que se está tragando. Fuera del momento de la comida, algunos síntomas de la disfagia son el ardor de estómago, pérdida de peso, regurgitación, babeo y ronquera al dormir.

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