Es crucial entender primero la importancia que tiene para las personas mayores tener un envejecimiento activo. Éste es definido por la OMS como “el proceso de optimización de oportunidades de salud, participación y seguridad con el objetivo de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen”. Para que esto sea posible es necesario que nuestros mayores sigan participando en las actividades del día a día, de la vida social, económica y cultural, además de mantener en ellos una actividad física constante.
Una parte fundamental de nuestras vidas son las actividades de la vida diaria (AVD). Actividades que realizamos en nuestra vida cotidiana, de forma totalmente automáticas y como parte de nuestras rutinas, sin que ya nos resulten un esfuerzo físico o mental realizarlas. Sin embargo en el envejecimiento normal las AVD se pueden encontrar comprometidas debido a los cambios naturales que se suceden en esta etapa del ciclo vital.
Las AVD se pueden clasificar en:
Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD): dirigidas al cuidado de uno mismo y a las necesidades básicas. Las realizamos a diario y suponen un nivel de organización pequeño porque son sencillas. Comprenden: vestirse, comer, bañarse, control de esfínteres, uso del inodoro, higiene personal y deambular.
Actividades Instrumentales de la Vida Diaria (AIVD): orientadas hacia la interacción con el medio que suponen una vida independiente en la comunidad. Varían según el entorno y requieren un mayor grado de organización y complejidad cognitiva y motriz. Se incluye: cuidado de otros/mascotas, tareas del hogar, compras, manejo de la medicación, uso del teléfono y del transporte público, manejo de los asuntos económicos, etc.
Actividades Avanzadas de la Vida Diaria (AAVD): permiten a las personas el desarrollo personal dentro de la sociedad. Son más complejas que las anteriores y no son indispensables para el mantenimiento de la independencia. Se puede sobrevivir sin ellas, aunque la calidad de vida disminuye. Se refieren al: trabajo, juego, educación, actividades sociales, culturales, etc.
Los terapeutas ocupacional detectan los factores de riesgo propios de cada AVD específicamente para cada adulto mayor a través del análisis de la actividad. Es entonces cuando se pueden establecer estrategias y técnicas para eliminarlos, compensarlos o para desarrollar factores de protección que garanticen que el adulto mayor conserve la independencia funcional.
Toda persona mayor que haya visto mermada su capacidad funcional o se encuentre en riesgo de ello, es susceptible de asistir al servicio de TO, puesto que buscan mantener al máximo posible la autonomía en las AVD.
Además, se interviene con la familia y con los cuidadores, pues son los que más pueden influir en la funcionalidad y en el grado de autonomía de las actividades de la vida diaria. El terapeuta ocupacional les asesora y orienta de los cambios y adaptaciones que proporcionan la accesibilidad y la movilidad de la persona dentro de su entorno y de los productos de apoyo que facilitan la realización de las actividades cotidianas.
Si desea mas información sobre los beneficios de las actividades de la vida diaria en personas mayores , pueden pedir su cita previa en los teléfonos 951 028 685 – 687 610 116. También le invitamos a conocer nuestras instalaciones en Avd. Jane Bowles, 9 -Málaga-(Zona ciudad Jardín).
Autora: Lucia Martínez – Terapeuta Ocupacional NeuroSumma-